jueves, 3 de junio de 2010

victorino García Romero (1791-1870)

El autor de la mayoría de estas obras es el pintor bogotano Victorino García Romero (1791-1870), hijo de Pablo Antonio García del Campo, primer dibujante de la Expedición Botánica y último retratista del siglo XVIII. Era hermano del notable médico José Joaquín García. Estos datos sugieren su afición por el retrato, su sentido de observación particularmente evidente en el tratamiento de las flores, y la aproximación al estudio del trance de la muerte.

La serie de óleos de religiosas muertas son su mayor producción. El punto de partida para la atribución es la firma |Victorvi García, faciebat año de 1809 que ostenta el retrato de la Madre María Josefa de la Concepción Estefanía. Como se puede leer en la inscripción, la religiosa había muerto en 1803, luego el artista no la pudo pintar del natural. Llama la atención dentro del conjunto de retratos -aparte de las dos religiosas no identificadas- que solamente uno de ellos debió ser realizado del natural; se trata del de Sor Teresa Juliana de Jesús, muerta en 1820. La mayoría de las religiosas habían muerto antes de nacer el autor o cuando estaba muy niño. Esto lleva a la conclusión de que se debe tratar de copias de retratos realizados por su padre Pablo Antonio García, o por pintores de la época como Joaquín Gutiérrez y Pedro José Figueroa. Por alguna razón, un temblor que estropeó la serie o algún deseo de las superioras de duplicarla, le fue encomendada la misión al joven artista.

COMENTARIO:

Victorino García Romero, fue en su época en el siglo XIX, un artista cuyo trabajo se basaba en retratar a las monjas de los conventos, en el momento que profesaban y morían; En ambos retratos las monjas llevaban coronas de flores. El artista representaba a las monjas como devotas a su religión y fiel esposas de Cristo, como hábiles luchadoras contra el mal y los males que representaban el mundo en que vivían. Este artista n acido en una familia en la que su padre fue un importante retratista del siglo XVIII, su hijo Victorino deseoso de seguirle los pasos a su padre y su afición por los retratos, comenzó con los retratos de la obra llamada “la serie de las monjas muertas”; el artista con estos retratos busco mostrar el ciclo de la vida, y como se representaba la muerte en la época, en especial en mujeres que habían dejado todo para consagrarse a Cristo.

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